Comienzo mi conclusión
abordando los asuntos principales de los que trata el libro: ellos son,
sexismo, clasismo y racismo. El personaje trágico de la obra sin duda como ya
todos sabemos es Pecola, una niña que desde antes de ser engendrada no era
difícil augurarle el futuro que le esperaba. Es un personaje creado para el
sufrimiento, para la sumisión, para lo que los demás quieran hacer de ella, lo
triste no es sólo eso, lo triste es que la autora refleja la realidad que viven
la mitad de la población, por lo tanto, ¿es un asunto de sexismo? Sí,
evidentemente, pero como bien dije al principio, también es un asunto de raza,
porque si eso le sucediera a una niña blanca, las autoridades la avalarían, no
me cabe la menor duda.
Hay personajes como por ejemplo, el de
Frieda, que luchan por hacer frente a sus vicisitudes, pero en el caso de
Pecola, lleva grabada la pobreza, la depresión, la fealdad y la marginalidad
desde el momento en que fue engendrada, son personas que viven en un estado de
melancolía permanente. Están abocadas a
un desenlace trágico, como es el caso de Pecola, a la soledad, al rechazo, a la
locura.
La madre de Pecola, Pauline
Bredlove nunca se atreve a dar el paso de dejar a Cholly, su esposo y padre de Pecola
y Sammy, habla del sexo, de los orgasmos con los que se satisfacía, pero más
allá de la dependencia sexual que la unía a él, lo que la ligaba a esa vida
miserable era el sentirse pobre, fea, y negra. Lo que la unía a él, era el
rechazo que el resto de la sociedad sentía hacia ella. Porque queda bien claro
en la obra que Pauline era una mujer capaz de ganarse la vida por ella misma,
totalmente independiente económicamente y hábil.
Pero más allá de todo eso,
creo que Cholly era para ella, la otra mitad negra, pobre y fea con la que se
identificaba y se reflejaba para creer que se refugiaba del hastío que sus
amigas y el resto de la sociedad le concedían. El trasfondo de la obra, según
mi opinión, representa los cánones de belleza, los famosos clichés occidentales
que nos embadurnan la mente. Y para decir esto me baso en varios detalles del
libro, uno de ellos, cuando le regalan las “bonitas” muñecas a Frieda y Claudia
por navidad, unas muñecas blancas de ojos azules con apariencia dulce y con
voces tiernas grabadas en un disco interior. Claudia rechaza la muñeca y la
compara con una muñeca negra. ¿Por qué nadie sueña con una muñeca negra? Es lo
que viene a plantearnos, o ¿por qué nadie le pregunta sus gustos?
El libro es una obra de
reflexión, donde dos niñas, Frieda y Claudia, nos hacen descubrir que donde más
humanamente se vive es fuera de los cánones sociales que el patriarcado nos
implanta. Pauline debió ser amiga de Fieda y Claudia, para darse cuenta de que
se puede y se debe ser fea y no vivir en el suburbio de la ciudad conformándote
a la atención o desatención que te quieran dar. Posiblemente eso no le habría
evitado tener hijos feos, pero sí le habría evitado tener una hija insegura de
ella misma, por lo menos, de esa forma, su hija se habría rebelado a los abusos
sexuales de su padre, se habría dado la vuelta para mirarlo a la cara y no se
habría mantenido quieta, conformándose a lo que quisieran hacer de ella.
A modo de conclusión el libro
es una obra fundamental que enlaza muchos temas actuales, en él aprendemos o
deberíamos aprender que la postura feminista es algo que recién empieza ahora y
que las negras tienen mucho por hacer, porque aún, a día de hoy se les sigue
considerando una raza sucia, indigna del respeto, una raza oprimida, vejada y
violada. Una raza donde muchas de las mujeres no saben qué significa feminismo
pero se rebelan diariamente contra todo lo que va en contra de la igualdad y de
los derechos humanos. Sin formar asambleas, sin ir a reuniones y sin escribir
grandes tesis, hacen día a día, el mayor sacrificio que una persona puede
hacer, que es el de vivir en un lugar inhóspito y atrasado, y hacer que se les
respete.
Son, no se nos olvide, las
oprimidas de los oprimidos, y aunque el libro trate de sexismo, debajo de esa
capa, está un color, en nombre de ese color a día de hoy se sigue violando,
matando, discriminando y insultando.
Como ejemplo pongo la forma
de Gertrudis de despedir de su casa a Pecola.
-Vete- le dijo con la misma voz tranquila-. Perversa zorrita negra. Vete enseguida de mi casa.
En definitiva y para
terminar, la humanidad y el progreso, no puede ser humano y no puede prosperar
si no aunamos a todas esas voces y estudiamos el camino hacia la liberación.
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