Toni
Morrison nació en la localidad de Lorain, en el estado de Ohio, en el seno de
una familia negra de clase trabajadora. Es bautizada con el nombre de Chloe Anthony Wofford,
adoptó el nombre literario Toni
Morrison, tomando el nombre de su apodo familiar y el apellido de su marido, el
arquitecto Harold Morrison, con quien estuvo casada desde 1958 hasta 1964 y con
quien tuvo dos hijos.
En 1949, comenzó los estudios
universitarios en filología inglesa y más tarde en humanidades, que cursó en
diversos centros. Se graduó en Howard
University y se doctoró en Cornell. Fue profesora de filosofía y letras en las
universidades de Yale, Howard, Texas y en la State University de Nueva York.
Tenía casi cuarenta años cuando en 1970 se publicó su primera
novela, Ojos azules. El juego de palabras contenido en el
título es revelador de la trama de la obra (en inglés blue es azul y también triste), pero no
alcanza a preparar al lector para la terrible historia que relata Morrison: una
niña negra, llamada Pecola, que desea tener los ojos azules de Shirley Temple o
de las muñecas de las niñas blancas, a la que su padre viola y que termina
enloqueciendo.
La crítica no prestó demasiada atención a esta primera novela
como tampoco lo hizo con la segunda, Sula, aparecida
en 1973. Ambientada en la década de 1940, al igual que la anterior, cuenta el
crecimiento paralelo y opuesto de dos mujeres negras.
No obstante, su obra, La
canción de Salomón, publicada en 1977 consiguió el National Books Critic
Award, que es el premio oficial de la crítica. Morrison fue consagrada como una
de las más importantes autoras contemporáneas de Estados Unidos.
En 1981 se publicó La isla de los caballeros, en la que la escritora
profundiza en el tema de la identidad y del desarraigo a través de una historia
mágica de amor. En 1987 apareció Beloved, con la que obtuvo el premio Pulitzer. Esta
obra estremecedora sintetiza varios siglos de dolor y desesperación del pueblo negro
esclavo. La siguiente novela fue Jazz en
el año 1992.
Toni Morrison no es la primera escritora negra de
Norteamérica, pero es la fundadora de una literatura escrita desde y para los
negros que, como ella misma, se identifican como afroamericanos, sin
concesiones, traducciones ni alivios para blancos o negros integrados. Su
narrativa es genuina y femenina.
La grandeza de su narrativa respira una lucidez de testigo y
actora de sucesos de la vida que simplemente ocurren sin asombro ni heroísmos.
Quizá este sea uno de los rasgos que se evaluaron concesión de uno de los más
justos premios Nobel de la historia de
este galardón, que recayó en ella en 1993 con la obra Ojos azules.
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